La extraordinaria historia del último ermitaño
Christopher Knight
¿Nunca has pensado cómo sería tu vida sin el ruido que te rodea?
Vivimos en una época en la que la tecnología nos envuelve, hasta el punto de que nuestros smartphones parecen una extensión de nuestro propio cuerpo.
Ahora te pregunto, ¿cuánto tiempo dedicas a estar completamente en silencio, sin hacer nada?
Probablemente y, aunque no te des cuenta, la respuesta es ninguno.
Aunque creamos que sí, esto no pasa. Incluso por la noche, en las ciudades, el ruido de la calle sigue presente.
Imagina aislarte completamente.
Christopher Knight decidió, un día de 1986, adentrarse en el bosque y alejarse del resto del mundo, sin dejar rastro. Fue detenido en 2013 por la policía en Maine, después de 27 años de aislamiento.
Christopher se marchó con su tienda de campaña y su coche, y cuando se le acabó la gasolina, siguió a pie hasta establecerse en el bosque, a 30 millas de la casa de su infancia.
Reconoció que no tenía amigos y apenas tenía relación con su familia; le gustaba estar solo y por eso instaló su campamento en una zona poco transitada. Aunque tenía conocimientos de caza y pesca, no había llevado herramientas, así que comenzó a cometer pequeños robos en las cabañas cercanas.
Con su experiencia como instalador de alarmas y sistemas de seguridad en Boston, no tuvo problemas para robar sin ser visto.
Durante su estancia, no mantuvo comunicación con ningún otro ser humano. La última noticia que recordaba era que Ronald Reagan era presidente de EEUU y que el desastre de Chernóbil acababa de suceder. No tuvo contacto físico con otra persona.
Nunca tuvo ganas de volver a su vida pasada; se sentía un hombre libre. Es posible sobrevivir con una filosofía y un estilo de vida completamente opuestos a los estereotipos que la sociedad nos impone. Podemos llevar una vida más tranquila y sencilla, mucho más cercana a la naturaleza.
“¿Alguna vez has pasado un rato completamente en silencio sin hacer nada? ¿Sin que tu cabeza piense en nada? Christopher podía, estaba acostumbrado a eso”.
Así escribe Michael Finkel en la portada de “El último ermitaño”, un libro que podría ser una buena compañía para ti, especialmente en esta época del año más propicia para el descanso físico y la búsqueda de silencio mental.
También te animo a una desintoxicación del uso de las redes sociales y de tu móvil. Un buen «détox» digital puede ayudarte a recuperar nuestros antiguos instintos, esos que nos permitían tener largos y profundos pensamientos sin interrupciones constantes. La sobrecarga de información y el bombardeo continuo de notificaciones pueden afectar nuestra capacidad de concentración y reflexión.
Al desconectarnos, aunque sea por un breve periodo, podemos redescubrir el placer de la contemplación y el pensamiento crítico. Podemos volver a conectar con nosotros mismos, con nuestros verdaderos intereses y pasiones. El silencio y la desconexión nos permiten escuchar nuestra propia voz interna, algo que a menudo se pierde en el bullicio de la vida moderna.
Imagina dedicar tiempo a actividades que no impliquen una pantalla: leer un libro, pasear por la naturaleza, meditar, o simplemente sentarte en silencio.
Estos momentos pueden ser increíblemente enriquecedores y pueden ayudarnos a recuperar un sentido de calma y equilibrio en nuestras vidas.
En definitiva, la historia de Christopher Knight nos invita a reflexionar sobre la posibilidad de vivir de manera diferente, alejados del ruido y la distracción constante.
Nos recuerda la importancia de encontrar momentos de soledad y silencio, y cómo estos pueden ser una fuente de profunda paz y libertad.
Antes de despedirme, quiero compartir contigo una serie de consejos que una querida amiga me transmitió y que he convertido en un simpático decálogo:
1) Ver un amanecer y una puesta de sol.
2) Mirar las estrellas un buen rato.
3) Observar las nubes y darles formas.
4) Hacer deporte, cantar, bailar y jugar.
5) Caminar un buen rato sin zapatos.
6) Escribir una historia o un cuento y enviar postales.
7) Comer fruta y alimentos verdes.
8) Leer al menos dos libros.
9) Aprender a hacer algo nuevo.
10) Decir «te quiero» mirando a los ojos.
Y recuerda que…
“Hace más ruido un árbol cayendo, que un bosque creciendo”
Say Yes!