Como ya tuve modo de contar en muchas ocasiones el trabajo en el sector inmobiliario me encontró a mí, y no yo a él.
Desde muy joven, con apena 22 años empecé a trabajar, por absoluta casualidad, en el mundo inmobiliario, por aquellos entonces muy diferente respecto al sector inmobiliario de hoy, así como del resto, ha cambiado por completo el mundo, y no solo de la economía.
En este sector he trabajado y he crecido a lo largo de toda mi vida profesional, recubriendo todos los cargos, subiendo un escaloncito a la vez, y llegando hoy a desarrollar mi actual profesión de mentor y coach inmobiliario y keinote speaker. Fuí agente, director de oficina, franquiciado, franquiciador, gerente, director general y consejero de las red inmobiliarias más grande de Europa y ahora disfruto con mi actividad de coach y mentor con la Real Estate Academy. Ha sido un camino largo en el que he disfrutado y sufrido, en el que a veces he acertado y otras no, pero que sobre todo me ha permitido aprender mucho.
Desde el principio me di cuenta, de hecho, que no hubiera podido imaginar mi carrera profesional en este sector sin construir un camino formado por unos pasos imprescindibles, que no me hubiera podido saltar si quería cosechar éxitos.
La formación, el método, el trabajo en equipo, la colaboración, la integración en redes asociativas…todo esto ha formado parte diariamente de mi proceso de crecimiento en la profesión.
Siempre y desde siempre he dedicado parte importante mis días de trabajo a la formación, manteniendo siempre unos estándar muy altos en las actividades formativas que iba eligiendo.
Nada es peor que una mala formación , desde la cual se recibe a veces un daño incalculable.
En mi caso el primer curso al que me apunté, allá por el año 1989, lo impartió el profesor Cerní en Milán y versaba sobre la comunicación no verbal. Allí aprendí a mirar de una nueva forma a las personas y a prever sus comportamientos según sus gestos, su forma de comunicar sin palabras.
En aquella época cayó en mis manos un libro titulado Unilimited Power (Poder sin límites). Su autor era un joven estadounidense todavía no muy conocido, Tony Robbins, que con el tiempo se ha convertido en el coach número 1 del mundo.
En 1993 tuve la oportunidad de conocerlo personalmente en un curso que impartió en Birmingham y al que me llevé a todos mis responsables y asesores. Desde entonces he asistido a muchos de sus cursos, llevando conmigo a numerosos clientes y amigos del sector. Tony se ha convertido en mi mentor y de él he aprendido muchas de las cosas que no solo enseño en mis cursos sino que forman parte ya de mi actitud y forma de vivir mi vida.
De hecho aquel descubrimiento cambió de forma sustancial mi forma de pensar y trabajar. Empecé a estudiar y aplicar la Programación Neurolingüística (PNL) en el trabajo y en la vida y seguí leyendo y asistiendo a seminarios y cursos.

Otro aspecto fundamental fue el desarrollo y la aplicación de un método para organizar el trabajo. De hecho a la base del know-how que hoy suelo transferir en mis sesiones de mentoring, cursos y seminarios están los conceptos que ya forman parte de mis conocimientos y que he procesado en años de experiencia. Una metodología que he ido experimentando a lo largo de estos 34 años, nacida de la practica y de los errores, y de las soluciones que pudieron sanarlos . Método que se ha aplicado con éxito en más de 3.500 agencias inmobiliarias de Italia, España, México, en varias capitales europeas y mundiales. Es un método en el cual se fundan la totalidad de las grandes empresas y redes inmobiliarias en el mundo.
Un método que, aunque bebe de muchas fuentes, es el resultado de mi propia formación y experiencia, un método riguroso, definido, muy pragmático y concreto. Es la expresión y transposición de conceptos inmateriales como valores, ideas, principios y sueños que están a la base de este trabajo en acciones concretas, puntuales, medibles. Quien lo conoce sabe que tiene algo diferente de lo que se enseña en los actuales sistemas de formación. Porque yo también tuve la necesidad, durante mis años de actividad inmobiliaria, de formarme y buscar modelos de éxito para aplicarlos en mi día a día y transmitírselos a mi red de oficinas.
En el terreno profesional siempre he buscado el mejor modelo o sistema de trabajo que me permitiera aportar nuevas ideas y abrir nuevos caminos a los demás. Eso me ha llevado a crear un sistema para el sector inmobiliario, con el que he construido, primero en Italia y más tarde en España, una red inmobiliaria de éxito comprobado y duradero. Este sistema, al que llamo El Árbol de las Ventas, constituye el objeto de mi libro y base del programa de formación que presento desde hace varios años, Walking to Success (Caminando hacia el éxito), que ha aportado en el sector una visión completa y capaz de feedback y resultados muy positivos.
Este método permite descubrir y aprender todas las técnicas necesaria para hacer grande una empresa inmobiliaria y llevarla a un nivel superior.
Estoy convencido que siguiendo rigurosamente unos pasos es posible transformar una agencia inmobiliaria, para que se convierta en una gran empresa, solida, estable, rentable, profesionalizada y proyectada hacia el futuro. La cosa más importante es que con este método se puede aprender a trasformar un sistema de captación y ventas linear ( lo que estás utilizando en este momento) en un sistema circular ( algo totalmente novedoso), gracias al cual la empresa no solo podrá garantizar un éxito inmediato, sino que hará suyo un sistema que la llevará a resultados estables– siempre y cuando se continuará ad aplicar el método – garantizando y manteniendo su éxito en el tiempo.
Last but not least, la colaboración y la pertenencia a un sistema integrado de red o asociativo.
Las franquicias o las grandes asociaciones internacionales aseguran un enriquecimiento profesional muy importante a través del trabajo en equipo y de la posibilidad de confrontar ideas, personas, acciones,.
Pertenecer a un grupo, a una marca, a una asociación nos permite trabajar con un estímulo constante a superar nuestros limites, a consolidar nuestros puntos de fuerza y a ver mejor nuestros puntos débiles, compartiendo valores y experiencias que aportan crecimiento y valor a nuestra profesión.
Las experiencia de CRS o de la NAR, por ejemplo, que yo suelo aconsejar a mis clientes, han significado para muchos una enriquecedora abertura y ampliación de horizontes, porqué esta no es una profesión en que gana el aislamiento.
Estas, en fin, son las claves que permite a una agencia inmobiliaria de convertirse en una actividad de negocio estable, duradera, fiable y con altas garantías de rentabilidad.